Visita a la Comunidad Cenacolo, con testimonios de conversión de jóvenes que se recuperaron de sus adicciones.
Visitas diarias al Santuario, donde se encuentra la imagen venerada de la Virgen y el Cristo Resucitado, del cual mana agua de su rodilla.
Confesiones diarias en todos los idiomas, con sacerdotes provenientes de distintos países del mundo.
Adoración al Santísimo, todos los días, después de la Santa Misa, en el Santuario de Međugorje.